Hadassa

La capital de Namíbia, Windhock, es una ciudad de unos 300.000 habitantes a donde llegamos ayer, con un calor que supera a los 37 grados y un cielo azul teñido de limpias nubes blancas que daban un respiro a los escasos transeúntes que encontramos por la ciudad.

Después de tantos días en lugares solitarios y de paisajes abiertos, llegar a una ciudad es algo extraño, y más si te instalas en un Hilton con todas las comodidades y decoración de esta cadena hotelera....una vez dentro del hotel, si no fuera por el color del cielo y La Luz en sus terrazas, pudieras pensar que estás en cualquier ciudad europea o americana.

Desde Etosha hemos ido a Otjibarongo...jaja vaya nombrecito ...una ciudad interesante, bien urbanizada y donde, por fin hemos visto los maravillosos y coloridos flamboyanos...ohhh que colores, morado fuerte, lila brillante, naranja y alguno amarillo.....Una ciudad con casas importantes y apenas chozas, limpia y donde muchas mujeres lucen los atuendos de la tribu que vive aquí desde antes de la llegada de los " extranjeros" , los Hereros....son unos vestidos preciosos de colores mil largos y de cintura estrecha y falda abollonada...con un tocado que crece de atrás alante sobresaliendo la frente...qué pena no poder colgar fotos...os las debo!

Nos hemos hospedado en un estupendo B&B que regenta un matrimonio francés que desde hace apenas tres meses, dejando atrás sus trabajos en Francia ( el en una multinacional de alimentación y ella pintora y restauradora de arte) lo explotan. Un lugar que si alguna vez visitáis esta ciudad os recomiendo.....limpio, decoración agradable, colores tenues, tranquilidad, un buenísimo desayuno...Y un próximo restaurante francés allí mismo...( a lo mejor volvemos). Hadassa es su nombre.

Desde alli hasta la capital de Namibia hemos recorrido unos 289 km todo el trayecto por carretera esfaltada, casi casi como una autovia....cosa que mi espalda y riñones han agradecido....así que ahora estamos tres días aquí hasta que el martes cambiamos el coche por uno con tienda acoplada y nos vamos a Botswana, donde entraremos por el desierto de Kalahari......

Una de las cosas que más me ha sorprendido es la simpatía y sonrisa de esta gente...no importa que sea quien se ofrece para guardar tu coche ( vigilarlo no sé de quién ni de que...aquí se respira mucha tranquilidad)  o quien te pone gasolina, o la señora que atiende en el cajero del súper...y qué decir de los niños....el otro día paseando por un pasillo del súper, de repente una niña de unos seis años me mira, se acerca y me abraza....fue mágico...estaba feliz ella, y sorprendida y feliz yo.....

También atravesando un territorio seco seco, donde no había ni una alma, de repente tres casuchas y un matrimonio con un bebé...el bebé estaba en brazos del padre que al vernos llegar alzó El Niño como pidiendo algo...paramos y le preguntamos, el padre me entrega al bebé ( supimos que tenía tres meses) simplemente para que lo sostuviera en mis brazos un rato....fue increíble...no nos pidió nada solo nos dio las gracias....y nos fuimos. Parece ser que creen que si lo toca un blanco el bebé tendrá suerte....! Que cosas ¿verdad?!.