domingo, 3 de noviembre de 2013

Mirar al futuro






Atravesar el valle y las montañas que te llevan a Chrischurch ha sido nuevamente precioso y de nuevo sorprendente.

¿Creéis posible que existan montañas amarillas?. Pues yo no se si mis amigas "las voces" se han confabulado, pero os prometo que hemos recorrido mas de veinte kilómetros por una carretera donde las montañas son de ese color...mirar a Jaci como se queda "pasmado".

Entre Kaikoura y Chrischurch (unos 200Km)  el valle de Waipara aparece en toda su explosión de viñedos, solo deciros que existe ya la ruta  llamada "Vinery Trail" que hace las delicias de los catadores.

Hemos parado a degustar un buen vino en una de las vinerías de aquí...un rincón sencillo, con mesas de madera y verde césped...el solete saludándonos gratamente y una tosta de salmón para acompañar el trago.

Esta zona tiene grandes ríos, el salmón es el "pescado" estrella, y lo cocinan de todas maneras...también truchas...y en lo que se refiere al campo...grandes matas de espárragos¡

¿A que Jacinto esta magnifico?...a punto de sentarse a beber conmigo ( por eso esta tan feliz).Solo una copa...aquí vigilan a tope en las carreteras.

Estábamos deseosos de llegar a la ciudad y cuando hemos llegado el camino al hotel era imposible, calles cerradas, grúas por todos lados, contenedores en medio de las calles aguantando fachadas...no podéis imaginar que tristeza llegar a Chrischurch, una ciudad donde llegaron los primeros colonos ingleses, y encontrarte con una ciudad devastada por dos terremotos que ocurrieron en 2010 y 2011.

No teníamos idea de ello, por lo que cuando planeamos el viaje nos hacia ilusión estar aquí y ver esta ciudad que se presentaba como una ciudad llena de jardines, edificios de la época. Un magnifico rio que la recorre- el Veda- y la primera  catedral anglicana de la historia Neo Zelandesa, amen de haber sido cuna de los maorís.

Bueno, si que hay algunos edificios, muy pocos, aunque enseguida constatas las ganas de esta gente de remontar, y mirar para delante. Hemos recorrido la ciudad alucinados. Cuando de repente oímos una música y un espacio rodeado de telas blancas que te invitan a entrar..y dentro un montaje de madera, suelo enmoquetado. Un escenario y carritos de comida y bebida. Están celebrando un festival de nuevas promesas (música, diseño, pintura, ...) que desde hace veinte años celebran y no lo quieren dejar escapar.



Pero esta gente no se amilana y esta tarde hemos cenado copita vino y algo de picar en un "bar" al aire libre.
Un bar hecho con pales, ruedas de cable...ingenioso y agradable. Aunque hacía bastante frrrio.


Esta mañana hemos ido a la "zona comercial" que esta completamente derruida, pero ellos han montado , a base de contenedores a los que han sacado paredes y sustituido por cristales, colocado unos al bies de otros, con telas de contenedor a contenedor como si se tratara de una calle protegida del sol...y dentro de cada uno de estos magníficos e imaginativos espacios, tiendas de joyas, de ropa, cafés, banco...un ejemplo de mirar para delante.

La hemos dejado con cierto resquemor en el corazón.



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